Se clasifican en tres grupos:

1. Operaciones del producto: se refieren a las características operativas, considerando básicamente los siguientes aspectos: Corrección (¿Hace lo que se le pide?),  Fiabilidad (¿Lo hace de forma fiable todo el tiempo?), Eficiencia (¿Qué recursos hardware y software necesito?),  Integridad (¿Puedo controlar su uso?) y  Facilidad de uso (¿Es fácil y cómodo de manejar?).
2. Revisión del producto: capacidad para soportar cambios, considerando básicamente los siguientes aspectos: Facilidad de mantenimiento (¿Puedo localizar los fallos?),  Flexibilidad (¿Puedo añadir nuevas opciones?),  Facilidad de prueba (¿Puedo probar todas las opciones?).
3. Transición del producto: adaptabilidad a nuevos entornos, , considerando básicamente los siguientes aspectos: Portabilidad (¿Podré usarlo en otra máquina?),  Reusabilidad (¿Podré utilizar alguna parte del software en otra aplicación?), Interoperabilidad (¿Podrá comunicarse con otras aplicaciones o sistemas informáticos?)

Fuente: Conferencia de Calidad del Software de Juan Manuel Cueva Lovelle, Departamento de informática de la Universidad de Oviedo,  España.