Hace unos días estuve leyendo un libro llamado Software libre para una sociedad libre de Richard Stallman (http://biblioweb.sindominio.net/pensamiento/softlibre/index.html), el cual está formado por un amplio conjunto de ensayos y artículos que recorren la década de los 90 y los primeros años del 2000, y que conforman quizás la mejor apología escrita del software libre, según reza la presentación de la edición. De verdad me pareció una lectura agradable, llena de un espíritu de ética que es poco común encontrar en tratados de tecnología o en alguna literatura corriente, además de la explicación profunda del sentido, origen, conceptualización y contexto del movimiento, muy convincente y sencilla, encontré algo que realmente me impacto en uno de sus apartados llamado Una elección moral radical, en los primeros párrafos dice lo siguiente:

“Una vez desapareció mi comunidad, era imposible seguir como hasta entonces. De modo que me enfrenté a un dilema moral radical.
Lo más fácil hubiera sido subirme al tren del software propietario, firmar acuerdos de confidencialidad y prometer no ayudar a mis compañeros hackers. Es muy probable que ahora me dedicara a desarrollar software publicado con cláusulas de confidencialidad, presionando así a otros para traicionar también a sus compañeros.
Podría haber ganado mucho dinero de esta forma, y quizás me hubiera divertido escribiendo código. Pero sabía que, al final de mi carrera, echaría la vista atrás y sólo habría contribuido a levantar muros para dividir a la gente, habría pasado toda mi vida convirtiendo este mundo en un lugar mucho peor.” (Richard Stallman)

Al leer esto me di cuenta de lo fuerte de la convicción del Sr. Stallman y de lo trascendente de la decisión que tomó hace ya bastante tiempo, y que hoy mantiene con firmeza, no participar en levantar muros alrededor del software y por el contrario promover la libertad de éste, cosa que me pareció digna de admiración, porque aun cuando contaba con los contactos, el talento y las posibilidades de hacer dinero siguiendo el rumbo que marcaba la industria, prefirió apegarse a su convicción moral. No todas las personas son capaces de renunciar a una posibilidad de bienestar personal, y por el contrario apostar a una iniciativa que pudiese ser vista como altruista y que hasta ese momento no sabía si tendría éxito. No idealizo en lo absoluto a este señor pero su actitud frente aquellos acontecimientos y su visión de las cosas, han dado origen a un movimiento que tiene actualmente una transcendencia mundial importantísima y que va en aumento, El Movimiento del Software Libre.